RadioTonica

Si tienen tiempo...vean esto....

miércoles, 10 de junio de 2009

EL Perfeccionista




Hay un refrán español que dice "Lo mejor es enemigo de lo bueno", que en muchas personas se podría aplicar. Es frecuente encontrar el perfeccionismo como una fuente de sufrimiento en quién las personas que lo padecen.

El perfeccionismo es una cualidad valorada socialmente, (queda bien decir en una entrevista, “es que yo soy un perfeccionista”, intentando dar a entender que te gustan las cosas bien hechas), pero en realidad, al perfeccionista no le gustan las cosas bien hechas, sino perfectas.

Es obvio que hay grados de perfección y de perfeccionistas: aquellos que lo llevan a todas las áreas de su vida y lo que no, y el grado de exigencia que se marque cada uno. Pero hay un rasgo en común: la sensación de nunca poder estar del todo satisfecho con el resultado (sea propio o de otro).

No estoy en absoluto defendiendo el hacer las cosas de cualquier manera (actitud que lamentablemente abunda) sino el saber cuando parar, cuando dar algo por bueno. Si quieres las cosas perfectas estás condenado a estar perpetuamente insatisfecho (la perfección no existe!) e incluso paralizado ( la otra cara de la perfección es un no lo logres susurrado en tu oido).

Es además un esfuerzo mucha veces excesivo (e incluso inútil!), como recientemente experimenté. Hay que ser capaz de marcarse unos estándares de calidad y excelencia (cuidado, los de los perfeccionistas son muy elevados) y funcionar con esos parámetros. Cuando lo has logrado, puedes parar, relajarte. Siempre puede hacerse algo mejor, siempre puede surgir una idea más pero a menos que quieras el oro en las Olimpiadas ese plus de esfuerzo no va a marcar ninguna diferencia apreciable.

El pensamiento dicotómico todo-nada del perfeccionista infunde en el ánimo gran ansiedad, y la sensación de un constante fracaso y, en consecuencia, es paralizante y desmotivador. Para salir de1 laberinto autodestructivo del perfeccionismo es imprescindible aprender a situarse en un sano y equilibrador término medio, lo cual significa aceptar que la vida del ser humano está llena de pequeñas imperfecciones y que no existe nada absolutamente perfecto, pero no por ello merece menos la pena vivir la vida.

El gran error del perfeccionista es interpretar los fallos y equivocaciones como fracaso, pero comete además otros dos errores que le impiden salir de ese estado. Uno es que en lugar de adaptarse a la realidad, pretende en vano que la realidad se adapte a él, a su modelo ideal. Otro, considerar que optar por un término medio es tanto como condenarse a la resignación, a la tibieza y a la mediocridad, lo que le parece cobarde y humillante.


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El perfeccionista tiene que llegar a ver con claridad que la aceptación de la realidad y la conformidad de quien espera de la vida lo que pueda ofrecerle, superándose en lo posible, pero sin perder la alegría y el disfrute de lo que se es y de lo que se tiene, es la manera más sensata, sana e inteligente de vivir.

No hace falta ser perfecto; se necesita que seas práctico. Pero que difícil es ser práctico cuando uno debe colaborar entre la desidia generalizada. Pero en la realidad....Y seamos francos...¿Quién soportaría a una persona que hace todo, absolutamente todo bien?, y no estoy hablando de lo que uno emite de la boca hacia afuera, ese aspecto de la persona es controlable si uno tiene unas pocas neuronas funcionales, estoy hablando de lo que sucede en el interior de cada uno de nosotros. Sería una gran prueba de Tolerancia.

Muchos sabemos quienes somos, algunos también sabemos lo que queremos en la vida, sin embargo, cada uno reconoce al género humano por el justo hecho de tener faltas, todos dicen "nadie es perfecto", el gran secreto de la existencia es saber cuán consciente es uno mismo de sus propias faltas, es decir, cuando sabe reconocer cuáles son aquellas imperfecciones que nos hacen únicos. Si uno adquiriera total consciencia de sus errores...¿no sería más fácil la vida?.

La intolerancia humana puede ser clasificada infinitamente, porque el hombre antes de ser racional, es un animal, y como tal, lleva consigo todos los instintos y reacciones que conllevan este "status". Es por eso que cuando un hombre busca ser mejor, reconoce que no es perfecto, pero si busca un poco más adentro, se dará cuente de que el hombre jamás llegará a serlo. Por lo tanto, los que queriéndolo o no, vamos en busca de perfección, debemos tomar nota de lo anterior.

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La perfección es un concepto ilusorio, y como objetivo, es inútil. Uno puede aspirar a ser mejor, pero no a afirmar que busca la perfección, puesto que el hombre jamás la ha conocido, ni la conocerá. Y si alguna vez la conoce a ciencia cierta, dejará su estado actual para formar parte de la búsqueda de algo más grande, porque, después de todo....¿Podemos buscar algo que desconocemos por completo?

Por último, se me viene a la mente el poema atribuído a Borges....

" Si pudiera vivir nuevamente mi vida, en la próxima trataría de cometer mas errores. No intentaría ser tan perfecto, me relajaría mas. Sería mas tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad. Sería menos higiénico. Correría mas riesgos, haría mas viajes, contemplaría mas atardeceres, subiría mas montañas, nadaría mas rios. Iría a mas lugares adonde nunca he ido, comería más helados y menos habas, tendria más problemas reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolificamente cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría. Pero si pudiera volver atrás trataría de tener solo buenos momentos. Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos; no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iba a ninguna parte sin un termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaidas; si pudiera volver atrás, viajaría mas liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principio de primavera y seguiría así hasta concluir el otoño. Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años y sé que me estoy muriendo".