Para explicar el altruismo no emparentado, se ha postulado que en estos casos la conducta altruista se lleva a cabo cuando el individuo espera de alguna forma ser recompensado por el otro o por algún otro miembro del grupo; o que por último algunas de las conductas altruistas pueden ser el resultado de la necesidad del individuo de sentirse aceptado por el grupo, por sentirse partícipe dentro de él, con lo cual indirectamente también obtiene un beneficio.
Lo anterior, aunque muchos no lo quieran ver, se da tanto en animales, como en seres humanos, una cosa es que hagamos algo que tiene como beneficiario al prójimo, y otra muy distinta es creerse (engañarse) que no lo estamos haciendo interesadamente. Nos interesan mejores cosas, para nosotros, quienes nos rodean o quienes elijamos apoyar. La paz de espíritu que se obtiene al ayudar a alguien necesitado o en problemas, la disfruta el benefactor. No veo altruismo por ninguna parte, en el sentido de "sacrificio". Uno valora los usos de su tiempo y otros recursos según su propia escala, y ejecuta lo que le satisface mejor que la alternativa siguiente en dicha escala. Auto-interés puro y duro, así de simple.
Un amigo escribió sobre una discusión acerca de la teletón Mexicana, lo que me trajo a la mente lo que pasa en Chile con dos personajes y sus aportes a la causa….
En toda una celebridad está transformado por estos días un generoso y melenudo precandidato presidencial -que en Facebook suma más de 150.000 posibles adherentes- con quien todos se quieren reunir y que se las ha arreglado para no pasar inadvertido. Los diarios mostraron la foto de un tipo de melena rulienta y rubia que había celebrado sus 40 años en una fiesta privada en el Sheraton con KC and the Sunshine Band y Air Supply. Era el empresario minero Leonardo Farkas, la antítesis del millonario chileno conservador y discreto, con un pasado de músico de pianobar en Miami y rutilante animador de fiestas en palacios de jeques árabes.Proveniente de una familia de clase media-alta, Farkas estudió Ciencias Económicas en Chile, pero hizo sus primeras ganancias como músico en bares de hoteles de Miami, Nueva York y Las Vegas. Después tocó el piano en cruceros y, gracias a los contactos que fue haciendo, comenzó a actuar en palacios de jeques árabes. A los 27 años se casó con Tina Friedman, heredera norteamericana de la cadena de hoteles Concord. Dejó entonces la música y participó en el sector inmobiliario en Estados Unidos, donde hizo negocios con Donald Trump. En 1995, comenzó a invertir en las alicaídas minas de hierro que su familia tenía en el norte de Chile. Farkas revitalizó el negocio y ahora vende 10 millones de toneladas de hierro al año. China es uno de sus principales clientes.

Hizo noticia en las pasadas elecciones municipales al no poder votar con su lápiz de oro, por su anunciada presentación artística en la Teletón -cruzada a la que donó el año pasado a título personal 200 millones de pesos- y los medios continúan destacando su actitud siempre dispuesta a regalar dinero a garzones, transeúntes e incluso a un periodista que lo entrevistó en la calle. Sus últimas demostraciones de “altruismo”, las hizo recientemente en medio de un tumulto que se armó en el aeropuerto internacional de Pudahuel, donde en un par de minutos repartió cerca de $200.000 en billetes a quienes se topó en el camino.
Querer participar en el show de la Teletón no parece un capricho excesivo. Es el espectáculo de mayor cobertura televisiva del país, más cerca de la farándula que de la caridad, y si alguien dona algunos cientos de millones al menos puede pedir que le den cámara para hacer alguna gracia, seguramente tocar el piano, recordemos, que Farkas como muchos, no fue profeta en su tierra en lo que a su verdadera vocación se refiere….
"Uno se mete en problemas por decir estas cosas, pero la verdad -gracias a Dios no tengo jefe ni tengo que chuparle las medias a nadie- creo que Chile es un país que está manejado por tres o cuatro pelagatos con mucha plata, y lo único que quieren es ellos ganar mucha plata y que el resto siga pobre", enfatizó en una distendida entrevista realizada en un café Starbucks. En eso último, no tengo mas que encontrarle toda la razón.
Nazar , mientras trabajaba lavando platos en un restaurant, vio un nicho que explotar: el de vender cursos de inglés didácticos a los inmigrantes de Estados Unidos, pero claro que para eso debía dominar el idioma inglés, no sólo para poder llevar adelante el negocio, sino también para que no le quitaran la visa. Una misión que, luego tres años de esfuerzo, finalmente llevó a cabo de manera exitosa. Nazar comenzó a vender cursos de inglés puerta a puerta, el enganche que tenían sus cursos era que venía una enciclopedia didáctica. Fue tal el éxito, que luego de un tiempo, compró la compañía que producía estas enciclopedias en 20 mil dólares. Más tarde creó “Inglés sin barreras”, un curso de inglés didáctico, al alcance de cualquiera, y que tenía incorporado unos videos y unos casettes prácticos. ¿Resultado final? Un éxito rotundo que en 2001 lo hizo ganar mas de 80 millones de dólares.

Cabe preguntarse la razón por la cual deciden ambos millonarios hacer el aporte a la Teletón de manera pública, y ambos lo han explicado de la misma forma: “si no lo hago de manera pública, no inspiro a nadie a cooperar personalmente, sobretodo a los empresarios mas acaudalados de este País”.
El día 29 de Noviembre por la noche, con un Estadio Nacional repleto, pasada la medianoche, apenas Don Francisco anunció que el siguiente aporte lo haría un empresario, ya todos sabían quien venía, y, como todo un rockstar, entró Leonardo Farkas junto a su Mujer.
Al conocer la cifra, Don Francisco se tomó la cabeza como diciendo "no lo puedo creer", a la par que exhibía una tremenda sonrisa, principalmente debido a que con la suma de Nazar se cumplió la meta de este año para la campaña solidaria.
El Domingo 30 de noviembre, un día después de su generosa donación en la Teletón, Farkas apareció en un rpograma de Tv, descartando su carrera presidencial y contando que ha aceptado ser Jurado del Festival de la Canción de Viña del Mar, un sueño que desde niño siempre quizo alcanzar. Y yo ahí le creo más, porque un músico de vocación preferiría estar sentado ahí que en la moneda.
En cuanto a lo de la Teletón, el periodista Juan Manuel Astorga tiene una opinión que en su médula comparto absolutamente, en cuanto a algunas consecuencias de lo sucedido…
“Chile tiene, créanme, mucho más que 14 empresarios a los que no les haría mella desprenderse de esa suma de dinero. Es casi el “molido” del bolsillo; para ellos sería como para nosotros unas pocas monedas”.
“Las empresas que forman parte de la Teletón y que hacen gala de “sus aportes” (que en realidad casi nunca son propios sino de los chilenos que consumieron sus productos) nunca han donado mil millones de una sola vez”. Menos si la plata tiene que salir de sus arcas y no de las suculentas utilidades que obtienen por mayores ventas generadas a partir de la publicidad de sus servicios o productos.
¿Cómo sabremos si en la próxima Teletón y estando lejos todavía de la meta, la gente decida no ir a donar y en cambio quedarse en casa viendo la transmisión, esperando que aparezca algún millonario para salvar la causa?.
A lo mejor el gesto de los curiosos y atípicos millonarios que subieron al Nacional podría motivar a otros empresarios a hacer lo mismo, quien sabe, yo en lo personal lo dudo muchísimo. Pero incluso si eso ocurriera, fuertes sumas de dinero aportadas por un puñado de acaudalados arriesgaría con matar el único evento solidario en el que, hasta esta Teletón, todos nos sentíamos iguales.
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